MEDITANTO 015 "CÓMO MANTENGO MI CORAZÓN PURO?"
No crea que porque usted no es un asesino en serie o porque nunca ha robado un banco, no tiene ningún pecado que confesar. Tampoco piense que porque ha caminado con el Señor durante años y va a la iglesia todos los domingos de mañana y los miércoles de noche y asiste a todas las reuniones, que no tienen ninguna cosa de la que se deba arrepentir.
El pecado no tiene que ser manifiesto y obvio para ser pecado. Por ejempo, ha dudado alguna vez que Dios puede hacer lo que promete en Su Palabra? La duda es pecado.Alguna vez le ha dicho a alguien algo sobre una persona que no es halagador? Chismear es pecado. Ha evadido alguna vez a alguien porque pensó que tal vez le pudiera pedir algo que usted no quería hacer? El ego es pecado. Ha tenido alguna vez una actitud sin amor hacia otra persona? Todo lo que no se hace por amor es pecado.
Es difícil evitar el pecado. Es por eso que la confesión es vital. Cuando no confesamos nuestros pecados, faltas y errores, estos nos separan de Dios, y nuestras oraciones no son contestadas. "Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados, los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar" (ISAÍAS 59.2).
Una cosa es reconocer cuando ha hecho algo que ha violado las leyes de Dios, y otra cosa es entristecer a tal grado que toma la determinación de no volverlo a hacer nunca más. Esto último se llama ARREPENTIMIENTO. Arrepentirse quiere decir cambiar de mente, darse vuelta y caminar hacia el lado opuesto. Cuando nos arrepentimos de algo, no quiere decir que nunca vamos a cometer ese pecado de nuevo. Quiere decir que no tenemos la intencion de volver a cometerlo.
Confiese y arrepiéntase tantas veces como sea necesario hasta que se vea ganando la batalla sobre ese problema. No abrigue pensamientos tales como: Yo creo que Dios no me va a perdonar de nuevo por la misma cosa que le confesé la semana pasada. Él perdona todas las veces que usted le confiesa su pecado y se arrepiente verdaderamente.
"Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados" (Salmos 32.1).
Cuando usted se vuelve al Señor y se arrepiente y dice: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu" (Salmos 51.10); entonces puede cambiar las cosas en su vida. Pídale a Dios todos los días que le muestre las esferas en que su corazón no está limpio ni es recto delante de Él. No permita que nada lo separe de todo lo que Dios tiene para tí.
Publicado por: Olinka Córdoba
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