MEDITANDO POR AQUI... 002 "Espere un llamado"
DIOS tiene un propósito muy grande para cada uno de nosotros. Hay un llamado de Dios en su vida y en la mía. La pregunta es: ¿Escucharemos para saber cuál es el llamado?
Hay dos razones por las cuales podemos no saber el llamado de Dios en nuestra vida. Una es que no hemos escuchado el llamado de Dios y vivimos como si lo hubiéramos escuchado, y la otra es que hemos escuchado el llamado de Dios y vivimos como si no lo hubiéramos escuchado, tal como sucedió con nuestro conocido profeta Jonás.
Hemos visto a muchas personas que estaban demasiado ocupadas, demasiado cansadas, demasiado preocupadas o demasiado involucradas en obtener riquezas y fama como para escuchar que Dios las estaba llamando. Otras personas temían ser llamadas a cosas insignificantes y no quisieron saber nada de eso. También, hay personas que con toda claridad habían escuchado el llamado de Dios y corrieron en dirección contraria. La línea directa del cielo estaba sonando y subieron el volumen de sus vidas para no tener que escuchar a Dios y responderle. También, hay personas con una opinión tan baja de sí mismas que no creyeron que Dios las tenía apartadas para algo grande. Así que cuando llegó el llamado, pensaron que debía ser para alguien más y no respondieron.
La única razón por la que parece que algunas personas tienen "más llamado" que otras es que estaban esperando el llamado y respondieron. ¿Serás tú uno de esos?
A principios de la era telefónica, la gente tenía líneas compartidas. Varias casas estaban en la misma línea telefónica, y cualquier persona en cualquiera de esos hogares podía levantar el auricular y escuchar la conversación suya. Eso quiería decir que para cuando llegara la tarde podía haber diferentes opiniones. Cuando recibamos el llamado de Dios, no es de esa manera, "la línea de Dios para usted no es una línea compartida", y no va a escuchar opiniones contradictorias. Dios le habla en forma personal y privada en cuanto al llamado que tiene para usted.
Todos nosotros compartimos ciertos llamados en nuestras vidas. Por ejemplo, somos llamados a participar de la naturaleza divina de Dios. (2a Pedro 1:3, 4)., somos llamados a su gloria eterna (1a Pedro 5:10), y somos llamados a bendecir a otros (1a Pedro 3:9). Pero, somos llamados en forma individual de acuerdo a Su propósito. En otras palabras, Dios tiene un llamado específico para cada persona.
En conclusión, para poder escuchar el llamado de Dios, usted tiene que estar esperando un llamado. En otras palabras, debe tener fe que Dios le hablará, de que usted puede escucharlo. Diga: "Siempre tengo presente al Señor" (Salmos 16:8), y siempre espere escuchar Su voz. Cuando un encuentro con el Dios viviente en su mayor deseo, puede estar seguro de que sucederá. ¿Estás dispuesto a responder a su llamado hoy mismo?
Oremos: Señor, sé que me has llamado para cumplir un propósito en esta tierra. Perdóname, cuando he ignorado esa llamada del cielo para mí, perdona mis muchas ocupaciones, diligencias, afanes de la vida que han desviado mis oídos a escuchar tu dulce voz. Hoy vengo delante de tí, dispuesto a responder tu voz y hacer tu voluntad en mi vida, aún en las pequeñas cosas. Heme aquí, Señor, envíame a mí. Te amo, Jesús.
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